Rubén Cárcamo Bourgade

sábado

La Muerte a Crédito de LOUIS-FERDINAND CÉLINE y del doctor Louis Destouches

Louis Ferdinand Auguste Destouches 
(né Courbevoie, 27 de mayo de 1894 
mort; París, 1 de julio de 1961 
- ¿Has leído a Celine? Me preguntó José Agustín.

- Sí; pero no recuerdo qué. Le respondí, cruzando Tobalaba con luz amarilla, por lo que estaba más atento al desplazamiento de los automóviles que a los chispazos de la memoria.

 Lo que había leído era algo así como Bagatela por una masacre. Pero no recordaba detalles, como pasa con tantos libros, o se me confundía algunos poemas de la poeta Céline, incluso José Agustín podía estar hablando de Céline Dion, la cantante canadiense. Pero seguramente se refería a Louis Ferdinand Céline. Regresé a mi bulín a recordar a Céline. La verdad era que había leído textos fragmentados, ningún libro completo y sí sabía de su panfleto antisemita. Hasta allí llegaba mi conocimiento de Céline. Al buscar en mi biblioteca - léase repisas - tragué polvo, ácaros y un dolor de espaldas, pero allí estaba Céline con sus hojas amarillas y a punto de ser triturado por lo que el tiempo hace en el papel barato; esa rigidez cadavérica con el color de los huesos enterrados.

Hagamos un ejercicio de necrofilia amorosa.
Hay una anécdota que lo retrata y lo asienta en la pléyade de los incomprendidos. A finales de los 50', William Burroughs, Allen Ginsberg - poetas beat - viajaron de Norteamérica a París para conocer personalmente a Céline, un escritor que les había deslumbrado con su luz de ángel apocalíptico y revelador. Lo que encontraron al llegar a Francia fue a un viejo arrogante, rodeado de perros y embutido en abrigos y bufandas, que afirmaba ser el mejor escritor de su generación y que les trató como a simples vendedores de hamburguesas. Según cuentan, al despedirse de él, decepcionados, y al verle rodeados de tantos perros le preguntaron - por cortesía - si le gustaban los perros, a lo que contestó: “Nada, no me gustan nada, los tengo sólo por el ruido...” Lo dijo por joder.
Además de ser un genio del estilo, Céline fue también antisemita, racista, lenguaraz, provocador, anarco-fascista, colaborador nazi, sacrílego, mezquino, y frecuentador de putas. “escritor hitleriano, pornográfico, y amigo íntimo de muchos nazis.” Abortista.
En 1932, el doctor Louis-Ferdinand Destouches, publicó una de las grandes novelas de la historia de la literatura, Viaje al fin de la noche. Aquella obra escrita con un lenguaje crudo - puso a su autor a la altura de Proust como renovador de la lengua francesa, al tiempo que lo convertía en uno de los mejores retratistas de los tiempos modernos: de la guerra mundial al colonialismo. 
Céline nació el 27 de mayo de 1894, cerca de París, en el ocaso de una Francia desencantada, inestable políticamente, con una burguesía en declive y con el ideal revolucionario frustrado para todo el universo de utopías y de lo cual dieron cuenta - poética - Baudelaire, Rimbaud, Lautreamont, Verlaine, que reflejaron en sus obras la decadencia social que les tocó vivir.
En efecto, en 1857, Flaubert y Baudelaire fueron acusados por el procurador imperial de: "ultraje a la moral pública y las buenas maneras" por Madame Bovary y Las flores del mal. Exponía el procurador imperial, que Madame Bovary era una "novela inmoral desde el punto de vista filosófico" y una simple "historia de adulterios de una mujer provincial". Concluía además que "hay límites que la literatura, incluso la ligera, no debe traspasar". Solo las amistades de Flaubert, con la alta sociedad del Segundo Imperio le salvaron de una condena. Baudelaire no tuvo suerte, perseguido por el mismo tribunal y por las mismas razones, fue hallado culpable. Le privaron de sus derechos cívicos, fue condenado a pagar 300 francos y suprimieron algunos poemas del libro.
Habría que condenar a muchos escritores destacados pero que simpatizaron, por ejemplo, con el fascismo. Es el caso de Henry de Montherlant y de Pierre Drieu, La Rochelle en Francia; en Italia, a Gabriele D'Annunzio  y a Curzio Malaparte entre otros. Y en otra orilla, Sartre, Mario Benedetti por su apoyo al castrismo. Neruda mismo y qué decir de Quevedo. Tal vez Rabelais. Jorge Luis Borges que alabó a Pinochet. Y de alguna manera Sartre, Becket, Nabokov, Bellow, Paz, Luigi Pirandello, Kawavata, Eliot, Joyce, Saramago, Papini... No se salva casi nadie...

"La creación artística, cuando es auténtica, constituye ella misma, un orden que no se confunde con los otros órdenes de valores, sobre todo con el orden moral", (André Malraux)


Viaje al fin de la noche,  lo sitúa a la altura de Proust como renovador de la lengua francesa, al tiempo que lo convertía en uno de los mejores retratistas de los tiempos modernos, desde la guerra mundial al colonialismo.
En 1936, Céline publica una visión delirante y fantasmagórica de la sociedad francesa de principios del siglo XX; Muerte a crédito. Allí adopta un lenguaje impresionista y sincopado, balbuceante, cargado de exclamaciones y puntos suspensivos, lo que él mismo llamó: “lengua hablada emotiva”, una especie de poesía escatológica que distorsiona hasta lo grotesco la tragedia del absurdo humano.
Me interesa lo del sincopado porque formó parte de, llamémosle mi estilo. Celine debió ser un entusiasta del ritmo, el jazz y eso se refleja en la cadencia de una prosa oscilante entre la verborrea inconexa del que delira y los patrones rítmicos y versátiles que arranca el baterista de jazz en torno a un tema cualquiera. Resulta una prosa maniática y obsesiva que se enrolla sobre sí misma,  acaso críptica y feroz.
Todo en Muerte a crédito es sórdido. Es - sin duda - el gran acierto de Céline ejercer la alquimia sobre las palabras, desplazándolas de su contexto, estirándolas, retorciéndolas, atribuyéndoles valores nuevos. Y por supuesto; fue en fracaso ante la crítica.
Ese fracaso lo impele a cambiar radicalmente de orientación y publica una serie de panfletos de corte antisemita (Mea culpa, Bagatelas por una masacre, La escuela de los cadáveres) que denuncian el peligro de la conspiración judía y su imparable carrera hacia el poder.
Así comienza el principio del fin. Estalla la Guerra. Colabora con los nazis. Huye de Francia. Automáticamente y con pedante facilidad dictatorial se le califica de - vaya novedad - fascista. Y se le mira con recelo. Y se le condena a muerte cuando se le apresa en Dinamarca. Y el 51' lo iban a fusilar, si no fuera porque su abogado logró deshacer la relación entre el doctor Louis Destouches y el escritor Louis-Ferdinand Céline. Todos lo tacharían de traidor, como a Ezra Pound. Hoy se le tacha de genio infame.
En 1937, Céline publicó una obra violentamente racista: Bagatelas para una masacre. El panfleto, trata muchos temas, pero ha entrado en la historia del odio por pasajes como estos:


"Me gustaría establecer una alianza con Hitler (...) A él no le gustan los judíos... A mí tampoco... No me gustan los negros fuera de su lugar... No veo ninguna delicia en que Europa se vuelva completamente negra... No me haría ninguna gracia...

"Son los judíos de Londres, de Washington y de Moscú los que impiden la alianza franco-alemana (...) Dos millones de boches acampando por nuestro territorio nunca podrán ser peores, más saqueadores ni infames que todos esos judíos que nos revientan (...) Siempre y en todas partes, la democracia no es más que el biombo de la dictadura judía".

¿Se puede entender que sean la misma persona, el artista que crea una obra llena de humanidad y el ciudadano que promueve ideas inhumanas? ¿Se puede? ¿Se puede conmemorar al primero sin celebrar al segundo? ¿Cómo reconocer su grandeza sin mancharse las manos?
Knut Hamsun (1859-1952) Premio Nobel de Literatura en 1920 y conocido pro-nazi, el mismo que ofreció su medalla del Nobel a Joseph Goebbels y que a la muerte de Hitler escribió un obituario llamándolo "guerrero por la humanidad", produjo un debate similar en Noruega. ¿Pero quién no se conmueve ante la grandeza de Hambre?

El año 2011, el Ministerio de Cultura decidió sacar a Céline de la lista de los Festejos Nacionales que Francia le dedicó a sus artistas, escritores e intelectuales. Accedía así,  a la petición del presidente de la asociación de hijos de deportados judíos, de que no se celebrase oficialmente a un antisemita. Tampoco se ha permitido colocar placas conmemorativas en las casas en que vivió y ni siquiera en alguna calle menor. Se puede hacer eso. Ejercer el derecho a tachar-borronear  la historia de la literatura.
¿Se podrá hacer algo parecido con aquellos silenciosos que avalan los horrores de los sionistas con el pueblo palestino? No se sabe. 
El arte tiene su propia verdad, una cosa es decir que ciertos textos son buenos y otra, que son éticamente discutibles. El arte permite la contradicción, que una forma brillante albergue contenidos terroríficos. Tal vez el deber de la memoria pide que se incluya el juicio moral.
Se le censura y vapulea por el hecho de haber puesto su pluma al servicio de una ideología repugnante, como la del antisemitismo ¿Y qué hay de aquellos que la ponen al servicio del neoliberalismo como Mario Vargas Llosa por ejemplo?
Las obras posteriores: Gignol`s Band, Fantasía para otra ocasión, Normance y Trilogía de las Crónicas, no logran redimir su imagen pública, En ellas, Céline lleva su estilo hasta las últimas consecuencias.
"La Historia de la Literatura Universal 
y la Historia Universal de la Infamia 
son dos tomos distintos 
pero de la misma enciclopedia."
Louis-Ferdinand Céline, falleció el 1 de julio de 1961. Dicen que en el cementerio no había más de treinta personas y que el cura de la parroquia de Meudon; una apacible comuna ubicada en la periferia sudoeste de París, se había negado a rociarle con agua bendita.
En la mañana de su muerte, Céline había anunciado a Lucette - su tercera mujer - que había acabado el manuscrito de Rigodon, su última novela. Dicen que llovía. Que solo un periodista siguió el cortejo fúnebre hasta la tumba sin flores,  porque para reconocer la grandeza de un artista no hace falta ir con flores a su tumba.


En un film de 1935 Céline aparece por breves segundos dejando un registro de su voz: : “Au revoir, monsieur”.
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Algunas frases de VIAJE AL FIN DE LA NOCHE (1932)


«Estamos todo el tiempo viajando en el tiempo, sólo que la gran mayoría se deja embotar por su historia personal y cree que esto es lo único que existe».
"La naturaleza es algo espantoso e incluso cuando está domesticada con firmeza, como en el Bois, aún produce como angustia a los verdaderos ciudadanos."
"La moral de la Humanidad a mí me la trae floja, como a todo el mundo, por cierto."
"Éstos, los moros, no es beber lo que les interesa, sino darse por culo… está prohibido beber en su religión, por lo visto, pero darse por el culo no."
"La raza, eso que tú llamas así, es solamente esa gran pandilla de gente mísera como yo, legañosos, pulgosos, ateridos, que han acabado aquí perseguidos por el hambre, la peste, los tumores y el frío, llegados tras ser vencidos de los demás rincones del mundo. No podían ir más lejos por el mar. Pues eso es nuestra nación y esos son nuestros compatriotas."
"El amor es el infinito puesto al alcance de los caniches. ¡Y yo tengo dignidad!"
"Lo mejor que puedes hacer, verdad, cuando estás en este mundo, es salir de él. Loco o no, con miedo o sin él."
"Me faltan algunos odios todavía, estoy seguro de que existen."
"¡Es más difícil renunciar al amor que a la vida!"
"La mujer que sabe tener en cuenta nuestra miserable naturaleza se convierte fácilmente en nuestra amada, nuestra indispensable y suprema esperanza."
"Por mucho que me diese vueltas y vueltas sobre el pequeño colchón, no llegaba a conseguir ni el más pequeño momento de sueño. Incluso masturbándose en esos casos no se siente ni consuelo, ni distracción. Entonces es la verdadera desesperación."
"Fui a reunirme con Molly y le conté todo. Para ocultarme la pena que le causaba hizo muchos esfuerzos, pero no era difícil ver, de todos modos, que sufría. Ahora la besaba yo más a menudo, pero la suya era una pena profunda, más auténtica que la nuestra, porque nosotros más bien tenemos la costumbre de exagerarla. Las americanas, al contrario. No nos atrevemos a comprender, a admitirla. Es un poco humillante, pero, aún así, es pena sin duda, no es orgullo, no son celos tampoco, ni escenas, solo la pena de verdad del corazón y no nos queda más remedio que reconocer que todo eso no existe en nuestro interior, que para el placer de sentir pena estamos secos. Nos da vergüenza no ser más ricos del corazón y de todo y también haber juzgado, de todos modos, a la humanidad más vil de lo que en el fondo es."
"Cuando los grandes de este mundo empiezan a amarnos es porque van a convertirnos en carne de cañón."
"En ese oficio de dejarse matar, no hay que ser exigente, hay que hacer como si la vida siguiera, eso es lo más duro, esa mentira."

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Algunas frases de MUERTE A CRÉDITO (1936)
"Un día, volvió, el celoso, de improviso. Se la encontró, a la guapiña, de palabrita arriba de dos caballeros; fue tan su conmoción, que sacó el revolver y disparó primero a ella y después a sí mismo, una bala en plena boca. Murieron abrazados. — Hacía un cuarto de hora apenas que había salido."
"¡Ah! ¡Divertirse con su muerte mientras la fabrica, eso es el Hombre, Ferdinand!" 
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Una frase de BAGATELAS POR UNA MASACRE

"Los judíos, estériles, vanidosos, devastadores, monstruosamente megalomaniacos, puercos, consolidan ahora, bajo el mismo estandarte, su conquista del mundo, el aplastamiento monstruoso, envilecimiento, aniquilamiento sistemático y total de nuestras emociones más naturales, de todos nuestros artes esenciales, instintivos, música, pintura, poesía, teatro ... reemplazar la emoción aria por el tambor de esclavos negros".


2 comentarios:

  1. Me cambia la mirada y veo, lo que antes vislumbraba ahora se vuelve certeza, un peligro público, estar en el vaivén, en una cotidiana contradicción, con escazo control de las emociones.

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  2. La idea de escribir sobre Céline es reivindictiva respecto del arte y correcta respecto de la odiosa censura.

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