Como en los mejores años 70,
durante el 2011 el país se asomó a los abismos de la intolerancia y la
polarización por el tema de la educación. Y volví a recordar cuando las
sedes regionales les fueron arrancadas a la Universidad de Chile, por unos
decretos de los 80, fue expoliada por el control militar a vista y
paciencia de nosotros, los hijos de la U, para solaz de supinos y
eruditos.
La Universidad de Chile se
confunde con el origen de la República y todavía nos empece, a
pesar de la campaña de desprestigio y al resentimiento ideologizado originados
en pensamientos como este:...
Todos los políticos culpables de
nuestro subdesarrollo, como Allende y los radicales, salieron de la
"laica, pluralista, etc." universidad de chile. Los que cambiaron
para siempre la economía de este país, sacándolo del último lugar de
Latinoamérica y dejándolo en el primero, salieron todos de la UC y pasaron
después por Chicago. La Universidad de Chile es un tremendo gastadero de plata
que a Chile no le ha servido de nada, nada, nada. Esa misma plata, entregada a
universidades privadas, haría maravillas
Y tiene razón, pero la derivada es otra, son los chicagos boys, su ideología, los que se sumaron desde el 80 al exterminio de la
Universidad de Chile. Habrá entonces que volver al pasado majaderamente.
Los chigagos boys, formados en la pontificia, arrasaron con la educación no solo de la U, sino con la educación en
Chile, con la Previsión, con la Salud y con la Legislación
Laboral para favorecer el libre mercado. Son los mismos responsables de la
crisis subprime o de la deuda subordinada de los bancos. El daño estructural, con el claro objetivo de acabar con la Universidad de Chile, fue
claro, brutal y evidente.
"Y SIN EMBARGO SE MUEVE".
"Y SIN EMBARGO SE MUEVE".
La Chile está identificada
de tal forma con el alma nacional, que tratar de destruirla es atentar contra
nuestra República. Es el punto de unión entre las élites intelectuales de
las distintas sensibilidades y las clases sociales, pues es allí donde, entre
todos, por amor a esta tierra, siempre hemos pensado en cómo hacer una Patria
más justa para todos los chilenos.
La ideas prejuiciosas, de que cada una representa a grupos sociales diferentes, el hostigamiento mutuo, no contribuyen a pensar en forma seria lo que necesita la nación para mantener la excelencia universitaria.
Los invito a apropiarse de una herencia, la U. de Chile, que es el derecho de todos nosotros y accesible a todos nosotros leyendo el documento OBSERVATORIO DE ÉTICA CÍVICA.
Documento resumen de la
exposición realizada por el arquitecto Andrés Weil, el viernes 12 de octubre 2011 en la
Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.
"" El trato actual entre el
Estado y la Universidad de Chile se remite a una concepción ideológica basada
en el argumento del libre mercado. Su revisión a la luz de la epistemología hace posible explicar la tesis y dotar de argumentos a la
sociedad civil frente a las políticas del Estado.
El documento de Andrés Weil P. se argumenta en torno a:
. La razón de ser de la
Universidad de Chile.
. Su condición institucional
inherente al diseño del Estado chileno.
. Su valor real en términos
económicos.
. Su valor estratégico para la
soberanía nacional.
. Su condición esencial para
que exista universidad en Chile.
LA CUESTION EPISTEMOLÓGICA
1. Ubicar el mercado en un espacio
cartesiano, abstracto, tridimensional, continuo y parejo.
2. Explicar el mercado a
partir de un principio mecánico como lo es la ley de la oferta y la demanda
3. Resolver la controversia ética de la economía con la metáfora de la mano invisible.
3. Resolver la controversia ética de la economía con la metáfora de la mano invisible.
4. Tender al reduccionismo
monetario restringiendo el estudio de la economía a los valores contables.
UNA INSTITUCIÓN DEL ESTADO
Andrés Bello llegó a Chile en el año 1829. En nuestro país fue declarado ciudadano, fue elegido Senador de la República y desempeñó, además, las funciones de Rector de la Universidad de Chile. Algunos de sus discípulos fueron: Francisco Bilbao, José Victorino Lastarria, Aníbal Pinto, Diego Barros Arana, entre muchos otros hombres ilustres. Tal como señala la revista Hermes: “Entre sus libros que merecen recuerdos, están su Gramática de la Lengua Castellana, su Filosofía, su Derecho Internacional y sus poesías; además el Código Civil de Chile que preparó y redactó con gran sabiduría”.
Si se analiza el trato entre
la Universidad de Chile y el Estado a través de una metodología,
corresponde plantear la pregunta acerca de su razón de ser. ¿Por qué y para qué
se funda? En 1842, siendo presidente de la República el general Manuel Bulnes,
se crea esta institución del Estado con una misión estratégica: hacer viable la independencia
del país a partir del desarrollo de conocimiento con sesgo propio y el cultivo
del espíritu de la Nación. El Alma Mater, como se denominaba comúnmente a la
Universidad de Chile, da cuenta de su razón de ser, la que iba mucho más allá de
lo que actualmente entendemos por Educación Superior.
La Universidad de Chile formó parte del Estado desde su origen, y no como una simple empresa pública sino que como uno de los Pilares Institucionales de la República. No es casualidad entonces que le tocara participar significativamente en el quiebre institucional que sufrió el país en 1973, siendo posteriormente intervenida por rectores delegados. Tampoco es casualidad que la constitución de 1980 viniera acompañada de una nueva ley universitaria y que le impuso el trato actual con el Estado.
La Universidad de Chile formó parte del Estado desde su origen, y no como una simple empresa pública sino que como uno de los Pilares Institucionales de la República. No es casualidad entonces que le tocara participar significativamente en el quiebre institucional que sufrió el país en 1973, siendo posteriormente intervenida por rectores delegados. Tampoco es casualidad que la constitución de 1980 viniera acompañada de una nueva ley universitaria y que le impuso el trato actual con el Estado.
SU RAZÓN DE SER
Muchos se preguntarán si en la actualidad sigue siendo necesaria una institución que cultive el espíritu de la nación y origine conocimiento acorde con los intereses nacionales; y si esta institución debe ser la Universidad de Chile. Ese planteamiento responde a una visión simplificada de la realidad basada en los supuestos del materialismo y el positivismo. Durante algún tiempo se creyó que el mundo se movía exclusivamente a partir de lógicas mecánicas y que el conocimiento científico era objetivo. Esto permitió trivializar la misión universitaria, haciendo viables instituciones de Educación Superior que simplemente venden conocimientos. El Alma Mater fue concebida como el lugar donde se cuestiona lo que se da por sentado. Es el espacio neutro donde maestros y estudiantes, en una relación simétrica, pueden dialogar y sentar las bases de un conocimiento fecundo para los intereses del país. Hoy todos concuerdan en que la gran traba del desarrollo de Chile está en la calidad de su educación. La Universidad de Chile fue la respuesta que dieron a este problema los creadores de la Nación y que sus actuales administradores no quieren reconocer. La misión de la Universidad de Chile no es ser un prestador más de servicios de Educación Superior, ni siquiera ser el mejor de ellos, sino que liderar el cultivo de valores que le haga sentido a los chilenos, para que de este modo, todos nosotros, nos superemos en todas las áreas del desarrollo humano.
SU VALOR ECONÓMICO
Se afirma que la Universidad de Chile a traviesa por una
crisis financiera: ¿Es posible que una institución del Estado esté
desfinanciada? ¿Por qué no sucede algo similar con las Fuerzas Armadas, el
Poder Judicial o el Congreso Nacional? ¿Cómo se evalúa el desempeño económico
de estas instituciones bajo los argumentos del libre mercado? ¿Qué pasaría con
el país si el día de mañana el Ejército de Chile tuviera que financiarse mediante
el cobro del servicio militar a los reclutas y compitiera por fondos con
empresas privadas de seguridad? ¿Si se aplica consecuentemente el libre mercado
a una institución; por qué no a otra? ¿La soberanía intelectual no es acaso tan
importante como la soberanía física de un país? Por lo tanto más que una crisis
financiera, la Universidad de Chile sufre de un hostigamiento producto del
olvido o desconocimiento de su misión institucional. Sin embargo, si revisamos
el beneficio económico que esta institución le ha generado al país, no hay duda
de que han sido los dineros mejor invertidos del erario nacional. Sus egresados
se destacan profesionalmente creando valor en las empresas e instituciones que
sirven; ha dotado al Estado de profesionales de gran calidad técnica, entereza moral
y compromiso con el desarrollo nacional; ha cultivado las artes y las
humanidades ejerciendo un rol insustituible en el ámbito de la cultura y lidera
la investigación científica creando valor real en la economía del país.
Chile tiene hoy un buen pasar económico en gran parte
debido a la chilenización y posterior nacionalización de la gran minería del
cobre. ¿Es pensable que eso sucediera si la Universidad de Chile no hubiese
existido? ¿Acaso Chile se habría podido hacer cargo de esa industria sin tener
profesionales y el know-how correspondiente? ¿Es posible un acto de soberanía
económica como este, si previamente no existe un acto de soberanía intelectual?
Hoy, en el mundo globalizado, estamos más que nunca expuestos a los intereses
de países y empresas extranjeras. En ese sentido la recuperación del Alma Mater va a jugar un rol fundamental en los próximos años haciendo posible el
anhelado reencuentro espiritual de los chilenos.
LA COMPETENCIA ENTRE UNIVERSIDADES
Un argumento que se opondrá a esta tesis es la sana
competencia en el mercado de la educación superior. Pero ¿existe una educación
superior sin que exista la verdadera universidad?
Con el objetivo de crear un mercado donde compitieran libremente
las universidades en Chile, fue necesario desvirtuarlas, ya que la verdadera
universidad es aquella donde maestros y estudiantes comparten un espacio común
con el fin de cultivar el conocimiento. Eso no es posible en un contexto donde
los estudiantes y sus familias debe pagar o endeudarse para estudiar, y los maestros
competir en el mercado por los recursos que puedan aportan esos estudiantes. La
arquitectura del mercado establece que hay valores ficticios y valores reales.
Los valores ficticios corresponden al dinero e instrumentos financieros que tienen un
valor real en la medida que están avalados por los segundos. Los valores reales
son de tres tipos:
1. La vida: se
refiere a todo lo relacionado a la salud de las personas. En la universidad
este valor tiene su correspondencia en las Ciencias Médicas.
2. La
trascendencia: se refiere a las motivaciones espirituales que le otorgan sentido
a la vida. En la universidad este valor tiene su correspondencia en las Artes,
las Humanidades y las Pedagogías.
3. El sistema:
se refiere a los valores que se generan a partir del rediseño del espacio
físico y la materia; corresponde a ese “más” que diferencia a un sistema de la
suma de sus partes. En la universidad este valor tiene su correspondencia en
las Ingenierías, el Diseño y la Arquitectura.
Al someter la acción de la
Universidad de Chile a las lógicas del dinero, la esencia universitaria se desvirtúa
y entra en contradicción con la generación de valores reales y por lo tanto con
su razón de ser. El mercado de la educación superior ha producido un superávit
de vacantes a costa de la calidad y la esencia universitaria. En la medida que la
Universidad de Chile recupere su condición fundacional, esta se transformará en
un referente positivo para mejorar la calidad de todas las universidades del
país.
REDISEÑAR LOS LÍMITES DE LA UNIVERSIDAD
Si bien los argumentos antes expuestos pueden ser muy coherentes, la realidad es que la Universidad a traviesa por una situación muy delicada en términos de financiamiento e imagen pública. La clase política se ha mostrado indiferente ante su futuro y los principales medios de comunicación no han sido precisamente sensibles frente a sus problemas. El escenario externo es adverso con una opinión pública que se ha alejado emocionalmente de la Universidad. Tal vez la única señal evidente del cariño y respeto por esta institución, sea la fidelidad al equipo de fútbol que lleva su nombre.
Si bien los argumentos antes expuestos pueden ser muy coherentes, la realidad es que la Universidad a traviesa por una situación muy delicada en términos de financiamiento e imagen pública. La clase política se ha mostrado indiferente ante su futuro y los principales medios de comunicación no han sido precisamente sensibles frente a sus problemas. El escenario externo es adverso con una opinión pública que se ha alejado emocionalmente de la Universidad. Tal vez la única señal evidente del cariño y respeto por esta institución, sea la fidelidad al equipo de fútbol que lleva su nombre.
Al analizar arquitectónicamente los límites de la
Universidad corresponde preguntarse ¿cuáles son estos? y ¿quién los debe
definir? El Himno menciona a egresados, maestros y estudiantes lo que da cuenta
de una universidad mucho más grande que la actual limitada a maestros y
estudiantes. Muchas universidades del mundo consideran a sus egresados parte de
ella y en el caso nuestro fue la manera en que la Universidad se hacía presente con sus sedes a lo largo del territorio y en el desarrollo cotidiano del país. Esto es además
coherente con el antiguo modelo de financiamiento, donde se entendía que los egresados
devolvían al Estado a través de sus impuestos, lo que este había invertido en
su formación universitaria.
En este sentido, una acción que la Universidad puede emprender
ahora es la constitución de un círculo de egresados con representación en el
Senado Universitario y derecho a voto en las elecciones de Rector y Decano.
Este círculo estaría conformado por egresados que se comprometerían a aportar
voluntariamente a un fondo de auxilio estudiantil. El objetivo es estructurar
una masa crítica de estudiantes con aptitudes académicas que considere además
factores como la diversidad social y territorial de nuestro país, de manera de
cumplir a cabalidad con la misión de la Universidad.
Son muchos los egresados que ingresarían a este círculo, figura que le entregaría una base social y política mucho más
amplia a las autoridades universitarias para negociar el Nuevo Trato con el
Estado. ""
Querido Rubén,
ResponderEliminarcómo me haces sufrir con esos textos escritos es versalita en cuerpo 6. Acabo de cambiar los lentes hace una semana y aún así, debí acercarme a pocos centímetros de la pantalla, para entender tu escrito completo.
Leo tu documento con la misma desazón que me produjo enterarme tardíamente de la des-nacionalización del cobre y de los contratos mineros con empresas transnacionales, que otorgan concesiones desde Antofagasta hasta la Araucanía, negociaciones que se hicieron a espaldas nuestras y durante las administraciones que yo apoyé.
En el ámbito de la protección de la vida silvestre, tema que tú sabes me apasiona, resulta vergonzoso ver como se permitirá hacer tala rasa de Parques y Reservas Nacionales, así como Monumentos Naturales, para permitir el paso del tendido eléctrico de las empresas privadas que generarán la energía que necesitan las mineras. Es más, ahora se permitirá a "empresarios emprendedores" generar valor y riqueza, permitiendo la construcción de hoteles y "resorts" en estos sitios prioritarios de conservación.
A veces siento que todo está contaminado, que la decencia y el buen criterio fueron desterrados de este país hace rato y lo que podrías rescatar, ya tiene manchas de podredumbre por debajo.
Las manzanas ya no son como antes....
Eitel
Leo Eitel. Sí que leo, pero tu reclamo ya me lo hizo Camilo, a buen entendedor pocas palabras. Ya lo limpié. Efectivamente las manzanas ya no son las de antes...
EliminarQué terrible!
ResponderEliminarmi comentario se escribió en la misma tipografía versalita de cuerpo de pulga.
Creo que con la ayuda de una lupa, podrás imaginar lo que quise decir...!
El problema es que se han creado instituciones que profitan de la ilusión de una formación profesional, que aceptan alumnos sin condiciones mínimas para estudios superiores, mientras puedan pagar o estén dispuestos a endeudarse. No debieran llevar el nombre universidad. No lo son. Asegurarán que el estado les mantenga sus negocios rentables. Universidad como negocio, que horror. Pero esto ha creado un daño enorme a las Universidades reales del país, y preocupa la ausencia en el debate acerca de la educación superior en Chile la defensa de las universidades complejas. La ideas prejuiciadas simplonas de que cada una representa a grupos sociales diferentes, que una quiere que a la otra le vaya mal, no contribuyen a pensar en forma seria lo que se necesita para mantener la excelencia universitaria, tan escasa y precaria en este país.
ResponderEliminarLa Pontificia y la Universidad de Chile representan dos visiones de mundo, de país y de la sociedad en que vivimos.
En una la contemplación y en la otra la calle, el idilio y la realidad. En una el orden perpetuo y en la otra la pasión del cambio.