Rubén Cárcamo Bourgade

domingo

RAZA PURA.

 



Esto es alucinante. El diagrama ilustra el sistema de castas que se desarrolló durante la época colonial española, clasificando a las personas según su ascendencia racial (española, indígena, africana, etc.).


Nombres como "mestizo", "mulato", "zambo" o "saltatrás" se utilizaban para designar las diferentes combinaciones resultantes en nuestra mezcla.


Ni se me ocurre qué pasaría si incluyéramos a otros indoeuropeos griegos, alemanes, noruegos, franceses, ingleses, italianos, rusos, croatas, turcos, palestinos y judíos que concurren a nuestra mezcla.

 ¿Más revueltos, dónde? Y eso sin adicionar que los españoles ya venían cargados de sangre mora.
(El esquema está en Wikipedia)





ROSALIND FRANKLIN



ROSALIN FRANKLIN es especialmente famosa por su trabajo en el King's College de Londres, donde, junto con su estudiante de doctorado Raymond Gosling, obtuvo la icónica "Fotografía 51" del ADN en mayo de 1952.


Su contribución fue fundamental para el descubrimiento de la estructura del ADN pero no fue reconocido adecuadamente en su momento, y el Premio Nobel de 1962 fue otorgado a WATSON CRICK y WILKINS.


En su estancia en el King’s College, Rosalind Franklin mejoró el aparato para obtener imágenes con ADN, cambió el método y obtuvo fotografías.

 En noviembre de 1951 dio una charla para exponer sus resultados a sus colegas del King’s College. Entre el público estaban WATSON y CRICK, también interesados por la estructura del ADN, y que trabajaban en el Laboratorio.

WATSON, en su libro de memorias la Doble Hélice escribe estos párrafos sobre ella:


" Estaba decidida a no destacar sus atributos femeninos. Aunque era de rasgos enérgicos, no carecía de atractivo, y habría podido resultar muy guapa si hubiera mostrado el menor interés por vestir bien. Pero no lo hacía. Nunca llevaba los labios pintados para resaltar el contraste con su cabello liso y negro, y, a sus 31 años, todos sus vestidos mostraban una imaginación propia de empollonas adolescentes inglesas."

Todo un patán con premio Nobel.

EL CHICO MOLINA

 



Pocos saben como fueron los días finales de Eduardo Molina Ventura, muerto en el invierno de 1986. Se conoce su leyenda: que jamás publicó un libro pero tiró de la carreta poética de muchos connotados. Fue un hombre superado en vida por la propia leyenda que creó. Decayó y murió como un anciano sin fuerzas, abandonados por sus discípulos de ayer y todos los que profitaron de la energía e imaginación de su plenitud.


La personalidad magnética de Molina - un hombre de corbata y modales - convertía cada encuentro en un "miniescenario" de palabras, risas y gestos, tejiendo mitos y espejos poéticos a su alrededor en los que se miraban Vicente Huidobro, Teófilo Cid, Enrique Lihn, Eduardo Anguita, Stella Díaz Varín, Jorge Tellier, Efraín Barquero y Nicanor Parra. Molina estaba en vanguardia por sobre ellos.


Huidobro no soportaba que Molina estuviera más informado de literatura en el ámbito trasatlántico que él habitó.
Si Huidobro hablaba de Paul Eduard, Molina ya lo sabía todo.
Si Huidobro fanfarroneaba de sus amistades aristócratas, Molina demostraba mejores linajes. Molina lo sabía todo de antemano.
Si alguien decía impulsar algún movimiento, Molina ya lo había identificado fuera del país y sabía quien era el impulsor. Molina estaba al tanto de todo.
Molina fue quien descubrió la existencia de un escritor finísimo que había que leer; Herman Hesse. Sus amigos fueron a leer "Demian" a la Biblioteca Nacional y había que leerlo en la sala de lecturas, sin préstamos. Era 1938.
Molina fue el primero que habló Teilhard de Chardin. Fue el diletante de los diletantes.
A pesar de su talento, Molina permaneció inédito, pero más allá de los libros hay un valor en esas figuras marginales que enriquecen la literatura con su presencia legendaria.


Flotante y magnético, Molina tiene dos artículos que describen su presencia; en "La Belleza de Pensar" de EDUARDO ANGUITA y un par de poemas en "Discursos de sobremesa" de NICANOR PARRA . En uno de ellos, Parra agradece el premio con humor mordaz y evoca a Eduardo Molina Ventura, el legendario "Chico Molina", amigo común de la Generación del 38 y de las tertulias santiaguinas.

TALCA, CHILLÁN Y LONDRES
(El discurso que está por escribirse)
Señoras y señores:
Talca, Chillán y Londres
son los tres nombres que me trajeron aquí
o los tres nombres que me llevaron allá
no lo sé con certeza
pero lo que sí sé es que
en este preciso instante
me encuentro en el centro de un rompecabezas
donde las piezas no encajan
o encajan de más
como en un poema de T.S. Eliot.
[ ... ]
Y hablando de poetas invisibles
que merodean por los márgenes del canon
como fantasmas en una casa embrujada
me acuerdo del Chico Molina
ese dandy etéreo de las peñas del 38
que flotaba por las calles de Santiago
con su corbata al viento
y un verso de Saint-John Perse en la boca
¡El Chico Molina!
el que nunca publicó un libro en vida
pero que traducía a los muertos
y resucitaba a los vivos
con una sola impertinencia
lanzada al vuelo
como un cóctel Molotov de palabras.
Él me diría hoy, si estuviera aquí
con su aleteo marino de brazos:
"No me explico, Nicanor,
cómo te dieron esta medalla
si ni siquiera sabes diferenciar
un abate de un antipoeta". Y tendría razón,
porque Juan Ignacio Molina
el sabio italiano-chileno
describía pájaros y plantas
mientras nosotros
nos emborrachamos con vino de Borgoña
discutiendo si el universo
es un huevo o una naranja.
Pero gracias, de todos modos,
por este honor inmerecido
que me obliga a confesar
que la verdadera medalla
es la que otorgan los amigos ausentes
como el Chico Molina
o como Chillán en las noches de invierno
cuando el Bío-Bío murmura secretos
a los pollitos que dicen pío pío.
[ ... ]
Hasta aquí los discursos han sido buenos
pero el que está por escribirse
será el definitivo:
un manifiesto contra el silencio
de los poetas que no mueren
sino que se convierten en estatuas de sal
en el desierto de Atacama. Gracias.

[En la imagen Stella Díaz Varín con Eduardo Molina Ventura] 


 

LAS TINIEBLAS DEL ALMA DE CHILE


(Primera Parte)
Me invitaron a leer "Las tinieblas del alma de Chile" un artículo de la filósofa Lucy Oporto Valencia. Impacta por su crudeza.

La dictadura no solo dejó cicatrices visibles en la economía y la política, sino que impregnó profundamente la psique colectiva, moldeando una identidad nacional marcada por el trauma, el silencio y una violencia latente.

Este legado cultural, subestimado, se manifiesta en cómo procesamos la realidad:
- con desconfianza hacia las instituciones, que son "lo colectivo",
- ambivalencia ante la autoridad y
- una normalización del dolor que permea desde la vida cotidiana hasta las dinámicas sociales contemporáneas.

El Contexto Histórico:
1.- La dictadura reconfiguró la identidad chilena mediante un control cultural sistemático. Promovió un nacionalismo conservador que exaltaba valores "tradicionales" -orden, heroísmo, obediencia- para legitimar su poder.
2.- La censura destruyó miles de libros y exilió artistas, creando un vacío que incentivó el individualismo y el consumismo como mecanismos de escape. ("Hay que dar vuelta la hoja")

Este proceso buscaba una narrativa que justificara la violencia, dejando un legado de autodesprecio hacia lo popular e indígena. Como resultado, el "ser chileno" se asocia hoy con el éxito material y la sumisión, pero con un subtexto de miedo que distorsiona nuestra percepción colectiva de la realidad. Es tremendo.

El núcleo del daño radica en cómo la dictadura alteró el procesamiento de la realidad. La represión generó un trauma transgeneracional que permeó la sociedad entera. Surgió una "cultura del silencio", donde el duelo se evitó por supervivencia, fomentando negación y disociación.

Psicólogos chilenos documentaron cómo esta violencia exacerbó el estrés emocional.

Un sector aún ve a Pinochet como "salvador", un procesamiento distorsionado por la propaganda que ignora las 3.200 víctimas fatales y perpetúa un "FRACASO ETICO" en el reconocimiento del daño causado.

Lucy Oporto habla de una metástasis de la tortura dictatorial inserta en nuestra cultura y con duros ejemplos de violencias contemporáneas como las 17 casas de tortura vinculadas al Tren de Aragua y hospitales públicos, donde colegas torturaron a un profesional por diversión.

Y advierte: "La tortura se ramifica como brotación de la violencia que se quiere a sí misma legitimar" Es un "narcofascismo" que prolonga la dictadura por medios más radicales. Ejemplos como el secuestro y descuartizamiento en Collipulli (2021), o la transmisión en vivo de torturas en Argentina (2025) con nexos transnacionales, muestran una "instintividad sin espíritu" que seduce con la impunidad y el nihilismo.

Esta barbarie coincide con la reivindicación de Pinochet y la decadencia institucional, donde además el INDH es cuestionado, lumpenizando al Estado desde dentro.

Culturalmente, esta herencia fomenta polarización: el individualismo neoliberal privatiza la solidaridad, reduciendo la empatía y dificultando reformas que cuestionen el statu quo. En la política, el miedo al "caos", eco del golpe, resiste cambios, mientras jóvenes buscan una identidad inclusiva, chocando con un duelo no elaborado que se manifiesta en negacionismos y memes de resiliencia superficial.

Conclusión:
La herencia cultural de la dictadura no es un relicto estático, sino una fuerza viva que distorsiona nuestra identidad y perpetúa violencias en las tinieblas del presente. Desde la propaganda que moldeó un "chileno" obediente, hasta la tortura como espectro en el crimen organizado, esta impronta revela un Chile dividido: resiliente, pero herido por el silencio y la ambivalencia.

Reconocerla no es sesgo, sino acto de memoria activa que invita a romper ciclos —a través de educación, arte y políticas reparativas— para procesar la realidad con empatía y justicia. Solo así, el "ser chileno" podrá trascender la dictadura, tejiendo una identidad colectiva luminosa y no ensombrecida por el pasado. Por ello importa levantar las banderas de la Belleza, la Verdad y la Humanidad.

LAS TINIEBLAS DEL ALMA DE CHILE
(Segunda Parte)

De la primera parte de "LAS TINEBLAS DEL ALMA DE CHILE" basada en una reflexión sobre el artículo de la filósofa Lucy Oporto se puede concluir razonablemente que la sociedad chilena está enferma porque presenta síntomas de una "enfermedad" profunda y crónica, en un sentido metafórico y psicosocial, heredada de la dictadura.
¿Y cuáles son los síntomas de estos daños psicológicos de esta enfermedad?

1.- Trauma transgeneracional:
Permeó la sociedad entera, afectando no solo a víctimas directas (40.000 casos de torturas, desapariciones y exilios), sino a generaciones posteriores mediante herencia de heridas emocionales.
2.- Cultura del silencio:
Evitación del duelo por mecanismos de supervivencia, fomentando negación y disociación colectiva para no confrontar el dolor.
3.- Estrés emocional exacerbado:
Documentado por psicólogos chilenos, derivado de la violencia estructural, que genera una sociedad con altos niveles de ansiedad y tensión constante.
4.- Hipervigilancia ante el conflicto:
Respuesta social al trauma, donde la sociedad permanece en alerta perpetua, interpretando cambios o protestas como amenazas inminentes.
5.- Posmemoria:
Recuerdos internalizados en generaciones no directas, distorsionando la percepción de la realidad y reactivando heridas en eventos como el estallido social de 2019.
6.- Procesamiento distorsionado de la realidad:
Influido por propaganda dictatorial, que ignora 3.200 víctimas fatales y perpetúa un "FRACASO ÉTICO" en el reconocimiento del daño, llevando a visiones idealizadas de Pinochet como "salvador".
7.- Desconfianza hacia lo colectivo:
Erosión de la solidaridad social, derivada del individualismo neoliberal impuesto, que privatiza las relaciones y reduce la empatía.
8.- Ambivalencia ante la autoridad:
Mezcla de sumisión y miedo, moldeada por la narrativa de "raza heroica" que justifica la violencia estatal.
9.- Normalización del dolor cotidiano:
Integración del sufrimiento en la vida diaria, manifestada en polarización y resistencia a reformas por temor al "caos" (eco del golpe).
10.- Autodesprecio hacia lo popular e indígena:
Legado cultural de la propaganda, que asocia el "ser chileno" con éxito material y obediencia, marginando identidades no elitistas.
11.- Reducción de empatía:
Efecto del individualismo, que dificulta el procesamiento colectivo de desigualdades y fomenta negacionismos.
12.- Duelo no elaborado:
Se manifiesta en memes de resiliencia superficial y polarización, chocando con esfuerzos juveniles por una identidad inclusiva.
- - -
Ahora viene lo que importa;
De mayor a menor ¿quién tiene capacidad para impulsar un proceso de sanación?

Ningún candidato propone un "plan integral de sanación" explícito, pero evalué su alineación con principios de memoria activa (educación, arte, políticas reparativas) v/s. negacionismo.

CANDIDATO
1.- Jeannette Jara

Enfatiza "memoria y justicia" como base para el futuro, cuestiona la justificación de violaciones a DD.HH. en dictadura y apunta contra quienes minimizan muertes. Como progresista, promueve reparación y rechazo a retrocesos autoritarios, alineada con sanación colectiva.

2.- Eduardo Artes
Fuerte detractor de la dictadura; advierte que "sacamos a Pinochet" y no permitiría gobiernos que la evoquen (ej. Kast). Su ultraizquierda enfatiza reescritura constitucional y refundación de FF.AA., favoreciendo reparación y memoria anti-autoritaria.

3.- Marco Enríquez-Ominami
Condena explícitamente el golpe y dictadura (como hijo de líder MIR asesinado). Su progresismo histórico apoya memoria y derechos humanos, aunque reservó comentarios en 2025; favorece sanación vía creatividad cultural y rechazo a tiranía.

4.- Harold Mayne-Nicholls
Rechaza empatía con dictadura y "violencia extrema"; posiciona contra extremos autoritarios. Como independiente centrista, promueve diálogo y rechazo a violencia, potencial para sanación moderada vía políticas inclusivas.

5.- Evelyn Matthei
Justifica el golpe como "necesario" y muertes iniciales "inevitables", aunque critica excesos posteriores y niega ser pinochetista. Su derecha mantiene vínculos familiares con dictadura, limitando sanación profunda por ambivalencia.

6.- José Antonio Kast
Celebra el golpe como elección de "libertad" contra "revolución marxista"; su partido exalta FF.AA. en 1973. Negacionismo histórico bloquea memoria y justicia, agravando heridas en lugar de sanarlas.

7.- Johannes Kaiser
Culpa a Unidad Popular del "quiebre"; apoyaría nuevo golpe y proscribir PC. Su extrema derecha divide la "fecha que nos divide", promoviendo propaganda anti-izquierda que perpetúa polarización y trauma.

Jeannette Jara destaca como la más idónea para liderar la sanación, por su compromiso explícito con memoria y justicia.
Candidatos de izquierda/progresista (Jara, Artes, Enríquez-Ominami) avanzan más en reparación, mientras la derecha (Kast, Kaiser, Matthei) arriesgan reabrir heridas por justificación, relativización o silencio.

Un proceso eficaz requiere un consenso transpartidario. Difícil si quien tiene que dirimir es la ciudadanía.

VIOLETA - QUEVEDO", en el medioevo

 


Estoy leyendo Poesía Medieval Española en un librillo que parece misal, con esas hojas infinitesimalmente delgadas, de la editorial Planeta y editado por Manuel Alvar. Se lo compré a un amigo —judío marxista, según él— cuyo nombre olvidé, como olvidé mis años de "parásito fiscal", en una oficina del SERVIU de los 80'. Una vez al mes me visitaba este amigo cargado de libros con mil y tantas páginas de papel bíblico.

Abro Poesía Medieval Española en cualquier parte, que siempre será novedad, en el capítulo "Cancionero Tradicional". Leo:


CABO
Rabia terrible me aquexa,
rabia mortal me destruye,
rabia que jamás me dexa,
rabia que nunca concluye;
remedio siempre me huye,
reparo se me desvía,
revuelve por otra vía
revuelta y siempre rehúye
.

Repeticiones hipnóticas para amplificar el dolor, como en "Qué pena siente el alma". Oye, pero esto suena a Violeta Parra. ¿Por qué?

Hay nexos sutiles en Violeta, desde un seudónimo de homenaje hasta adaptaciones que "folklorizan" su poesía burlesca, pasando por ecos temáticos en la crítica social y la vanidad de la vida, como lo hacía el inmenso Quevedo.

En 1951, Violeta Parra publicó su libro de poemas Antenas del Destino, bajo el seudónimo "Violeta Quevedo". No era casual: era un guiño explícito al maestro español, reconociendo su influencia en su estilo conciso y satírico.

Veamos un ejemplo:


-FRANCISCO DE QUEVEDO: Boda de negros (1627, extracto)
Vi, debe haber tres días,
en las gradas de San Pedro,
una tenebrosa boda,
porque era toda de negros.
Parecía matrimonio
concertado en el infierno:
[...]
El novio era un carbón vivo,
la novia un betún de azabache;
los padrinos, dos cernadas
de la hez de la bodega.

 VIOLETA PARRA: Casamiento de Negros
Se ha formado un casamiento
todo cubierto de negro,
negros novios y padrinos,
negros cuña'os y suegros,
y el cura que los casó
era de los mismos negros.
[...]
El vestido de la novia
era negro como la pez,
y el del novio era de charol,
negro como carbón de leña.

Violeta Parra lo folklorizó, lo mestizó y lo hizo suyo, convirtiendo la sátira cortesana en un canto popular que duele y hace reír.

En el vasto tapiz de la cultura chilena, Violeta Parra emerge como una peregrina del alma popular que se adentró en los rincones más remotos del campo chileno para rescatar tesoros orales que, de no ser por ella, habríanse disipado para siempre. Porque has de saber que en la memoria rural de Chile laten ecos medievales. Esos giros idiomáticos que nos sonaban añejos y huastecos eran, en realidad, ecos vivos del medievo español. Al menos en los campos que recorrió Violeta en los cincuenta.

EL CANCIONERO TRADICIONAL de Alvar destaca por su poesía cantada: estrofas octosílabas con rima asonante o consonante, narrativas en cadena y un tono impersonal que evoca lo colectivo. Violeta Parra hereda esto directamente en sus canciones, usando formas renacentistas-medievales mestizadas. Es increíble.

Desenterró más de 3.000 canciones, décimas y relatos que tejían el mestizaje vivo del campo chileno, ese vasto erial de olvidos y resistencias que se convirtió en el santuario inadvertido de la tradición oral medieval española.

Traídas por los conquistadores en el siglo XVI, las coplas y romances no se petrificaron en códices reales, sino que se adaptaron, mestizándose con ritmos indígenas y criollos.

En los fundos aislados del centro-sur, donde el tiempo fluye en ciclos de siembra y cosecha, estas formas medievales sobrevivieron intactas en la boca de los payadores: la décima, invento renacentista con venas medievales, se convirtió en duelo verbal bajo los parrones.

Violeta lo vio claro: en el rural chileno, la herencia hispana no era reliquia, sino pulso vivo. Sus recopilaciones son puentes que llevan el susurro medieval de los campos a las peñas urbanas.

Sus expediciones no solo salvaron un patrimonio al borde del olvido, sino que probaron que en el rural - ese Chile profundo de surcos y fogones - late el corazón de España medieval, adaptado y renacido en un nuevo mundo.

-------------------------------------------------------------------------
Imagen de Violeta Parra copiando un dictado y tomada en 1957 por el fotógrafo Sergio Larraín.
Invitado por Violeta Parra para recorrer el campo de la zona central recopilando canciones, Larraín la retrata escribiendo al dictado de los viejos cantores. Sólo un par de imágenes se publican en Cantos Folklóricos Chilenos (1959). El libro es el único registro de su trabajo juntos


TRABAJÓLICO" o ENFERMO? (Síndrome de Burnout)

 

Uno imagina que es libre, pero en realidad lo que hace es explotarse a sí mismo, voluntariamente y con entusiasmo, hasta colapsar. ¿Este colapso se llama burnout?


¿Qué es el burnout en esencia? No es solo estrés puntual, sino una acumulación crónica y viene de la auto explotación: trabajar sin parar, ignorar señales de fatiga, y hacerlo con "entusiasmo" porque creemos que es nuestra elección (o porque la sociedad nos premia por ello).

Sus síntomas son fatiga extrema, cinismo, sensación de inutilidad, irritabilidad, problemas de concentración, e incluso síntomas físicos como insomnio o dolores crónicos.

El filósofo Byung-Chul Han en "La Sociedad del Cansancio" habla de cómo en la era del "emprendedor de sí mismo" nos volvemos nuestros propios explotadores, sin necesidad de un jefe tiránico. Es una libertad ilusoria que nos lleva al agotamiento voluntario.

El estrés y el síndrome de burnout están relacionados, pero no son lo mismo. El estrés es una respuesta natural del cuerpo a presiones externas o internas, que incluso puede ser útil en dosis moderadas. Sin embargo, cuando se prolonga sin resolución, puede evolucionar hacia el burnout, un estado crónico de agotamiento extremo que afecta el bienestar general.

Según la OMS, el burnout se clasifica como un fenómeno ocupacional, no como una enfermedad, pero se distingue del estrés por su profundidad y duración.


viernes

DEFENSA DE HITLER





Me tiene harto el History Channel con su relato simplista sobre Hitler, esa narrativa cómoda que reduce todo a un villano solitario y oculta las raíces sistémicas, las fuerzas colectivas que lo engendraron y lo sostuvieron. Hitler no cayó del cielo como un meteorito maligno; fue el producto inevitable de un ecosistema tóxico: resentimientos nacionales profundos, intereses económicos voraces y alianzas políticas oportunistas que lo catapultaron al poder en 1933 y lo mantuvieron allí durante doce años de horror.
Muchas de esas fuerzas poderosas -élites, instituciones y corporaciones- se lavaron las manos tras la derrota, reconstruyeron sus imágenes con astucia y persistieron en formas más sutiles y veladas.
Esta versión de "un loco hipnotizador" no solo exime de responsabilidad a sociedades enteras, sino que desarma nuestra vigilancia: permite que dinámicas fascistas similares resurjan hoy, camufladas bajo el manto del populismo o el "realismo económico".
Para y reflexiona: ¿qué fuerzas "grandes y poderosas" se esconden ahora detrás de los candidatos que prometen salvación simple? Reconocer la complicidad sistémica es el primer paso para desmantelarla.
Se pinta a Hitler como un demagogo carismático que embrujó a una nación pasiva, pero la realidad es más cruda: él fue el catalizador, no el creador. El Partido Nacional Socialista del Pueblo Alemán, un bloque derechista, lo maniobró hacia la cancillería mediante un nombramiento "legal" pero turbio, viéndolo como un dique contra el comunismo.
Industriales como Fritz Thyssen y Emil Kirdorf inyectaron fondos al NSDAP desde 1931, seducidos por las promesas de mano de obra barata y la aniquilación de sindicatos. Incluso la izquierda alemana, fracturada entre socialdemócratas y comunistas, allanó el camino al no forjar una alianza contra la amenaza común.
En un sistema capitalista al borde del colapso, Hitler fue el chispazo; culparlo solo a él absuelve a los engranajes que lo hicieron girar.
Una vez en el poder, el nazismo se reveló no como un delirio personal, sino como una maquinaria respaldada por los pilares de la sociedad alemana. La Iglesia Católica legitimó al régimen a cambio de salvaguardas para sus fieles, mientras el protestantismo luterano se fundía con el "cristianismo alemán" teñido de antisemitismo. El ejército vio en Hitler al restaurador de la gloria prusiana.
Pero el verdadero motor económico de la atrocidad fue aún más cínico: empresas alemanas suministraron el Zyklon B para las cámaras de gas y explotaron mano de obra esclava en Auschwitz. Siemens, Krupp y Volkswagen florecieron con contratos estatales, fabricando tanques y "coches del pueblo" a costa de prisioneros de guerra. Ni las multinacionales extranjeras se apartaron: Ford y General Motors montaron vehículos para la Wehrmacht, e IBM entregó tecnología para censos raciales que agilizaron deportaciones masivas. Estas no fueron meras "colaboraciones pasivas"; eran inversiones calculadas en un régimen que ofrecía estabilidad anticomunista y ganancias obscenas.
El Holocausto, lejos de ser un "exceso" hitleriano, fue un proyecto sistémico orquestado donde se coordinaron ministerios, empresas y ferrocarriles en la "Solución Final". Funcionarios, banqueros y ejecutivos comunes ejecutaron el genocidio por obediencia ciega y codicia personal. Nada muy distinto de lo que hoy presenciamos en el genocidio palestino, donde estructuras de poder globales se benefician en silencio.
Tras el Holocausto y la derrota nazi, los Juicios de Núremberg pusieron el foco en "criminales de guerra individuales", dejando intactas las estructuras sistémicas que los habilitaron. Corporaciones como Volkswagen se reintegraron a la economía de posguerra con multas simbólicas, mientras bancos suizos blanquearon oro nazi y activos judíos saqueados, amasando fortunas que aún circulan.
Miles de exnazis escalaron en la administración, el ejército y las empresas. Estados Unidos reclutó científicos nazis como Wernher von Braun para la NASA, priorizando la Guerra Fría sobre la justicia.
Al externalizar la culpa en Hitler -el "monstruo único"-, se permitió que el capitalismo alemán renaciera de las cenizas nazis, y que ideales como el Lebensraum o el antisemitismo mutaran en narrativas de "defensa nacional" o "críticas al globalismo". Esta dinámica no es una reliquia del pasado; apuntar a Hitler como arquetipo del mal absoluto desarma nuestra defensa contra fascismos modernos. Al reducirlo a un "individuo loco", ignoramos sistemas similares que operan hoy.
Piensa en el ascenso de Viktor Orbán en Hungría o Jair Bolsonaro en Brasil: no son "nuevos Hitlers", pero prosperan en crisis económicas y divisiones sociales, respaldados por oligarcas y medios que blanquean su imagen como "defensores del pueblo".
En Europa, hay partidos que reviven tropos antisemitas y antiinmigrantes, culpando a "élites globales" en vez de escudriñar desigualdades estructurales.
Corporaciones multinacionales financian campañas populistas para desregular mercados, mientras gobiernos "democráticos" erosionan derechos laborales.
La lección no es solo "nunca más un Hitler", sino "nunca más un sistema que lo tolere". Al no desmantelar esos engranajes -educación deficiente en historia crítica, desigualdad galopante, impunidad corporativa-, dejamos que el fascismo persista no como figura carismática, sino como un bluff estructural, invisible y omnipresente.
En resumen, Hitler fue el rostro visible, la fachada de un proyecto colectivo impulsado por poder, codicia y miedo.
¿Y la masa alemana, el pueblo qué hizo? No solo toleró el nazismo; lo abrazó activamente. Este respaldo no fue un trance hipnótico o un engaño pasivo, sino el fruto de resentimientos acumulados, promesas cumplidas y una manipulación cultural que caló en todos los estratos sociales. En las elecciones de marzo de 1933, el NSDAP mantuvo el 43,9% de los votos; no era un apoyo marginal, sino transversal: el 40% de protestantes y católicos lo respaldaron, y en zonas rurales alcanzó el 50%. Para el pueblo, Hitler no era un extremista, sino un salvador pragmático, un "hombre fuerte".
La propaganda de Goebbels forjó un "culto al Führer" que impregnaba todo: el 90% de la prensa lo idolatraba, y encuestas internas nazis registraban un 80-90% de aprobación. y hoy el 80% pueblo de Israel apoya el extermino palestino.
Plebiscitos manipulados pero reveladores lo confirmaban: el 99% avaló el Anschluss con Austria en 1938, y el 90% la anexión de los Sudetes. Las clases medias aplaudieron la quiebra de sindicatos y el anticomunismo; campesinos celebraron las protecciones agrícolas; mujeres amaron los incentivos para roles tradicionales, como la Cruz de Oro de la Madre.
Alrededor del 70% de los alemanes veían el régimen como "positivo". El discurso nazi con su purga de "enemigos internos" y judíos tildados de "parásitos", ¿te suena familiar?, unió a la mayoría: el 60-70% de los protestantes respaldaron las políticas raciales.
El pueblo no fue "engañado" pasivamente; fue cómplice en su propia comodidad, priorizando estabilidad sobre moral.
Ningún tirano asciende sin el eco complaciente del pueblo que anhela ser engañado, por lo tanto, la redención de la historia no yace en exorcizar el fantasma del líder, sino en desarmar el espejo que refleja nuestra propia complicidad.

domingo

Los ORIGAMI de BRANDEMBURGO.







Cuando se visita la puerta de Brandemburgo, punto de conexión entre las dos alemanias de la guerra fría, uno no puede dejar de pensar en las imágenes de una masacre. Masacres varias. Y en particular las de la II Guerra Mundial.

Observo la masa de turistas, que como yo, pululan con frenesí frente a esta puerta de Berlín que no tiene - formalmente hablando - importancia alguna. Es puro significado o símbolo tal vez.

Sonriendo se pregunta por el precio de una vuelta en las calesitas tirados por percherones más que rubicundos, mejor aspectados que la cuadrilla de bronce estatuada sobre la puerta y que alguna vez se llevó de paseo a París, el pequeño Napoleón.

Se dice asimismo; llegué, aquí estoy. Se respira. Se mira a los nativos del lugar que se ven tan cordiales, limpios y hasta incapaces de una irracionalidad, condescendientes y sin morbo al mirarte a los ojos.

Son ellos, en muerte y vida con toda su miseria centroeuropea, su contagiosa miseria; frágiles en su milagrosa redención. Sobreviviendo gracias a nuestra curiosidad en zapatillas sport y lentes para el sol, a la caza de pixeles con cámaras fotográficas que capturan el color de la primavera limpia y celeste.

Pienso en la blandura de la piel a los balazos, en cascos arrancados, pasaportes y en las aves. Pienso en gris.
Pienso en el absurdo.
Pienso en el profe Guillermo Ulriksen.

Contaba un ex-alumno del profe, que en su viaje a Europa allá por los 70’, al cruzar la puerta BRANDEMBURGO, tuvo demora y trámites con los guardias. Molesto por la retención, se pasea impaciente de un lado a otro. De pronto, en la caseta de control, ve unos "ORIGAMIS" hechos con latitas de Nescafé y otros en fina láminas de cobre. Las reconoce y le dice al guardia:

- Sé quién hace esos monitos. Es el Prof. Ulriksen !
- ¿Ud. lo conoce? 
- Es mi profesor de arquitectura en la Universidad de Chile.

Fue el mejor pasaporte. Acceso expedito y bienvenida. Cada vez que el profe Ulriksen cruzaba la puerta de BRANDUMBURGO, les dejaba a los guardias, una huella de su paso leve e indestructible; una de sus "pajaritas" de metal.

BRANDEMBURGO, ahora sí, que tiene historia.

jueves

SEKRÏOT, embrión de la resistencia Selk´nam


por Bernardo Veksler 
(Publicado en Revista La Roca N°5)

Protagonizó uno de los infructuosos intentos de los nativos fueguinos por enfrentar la invasión de estancieros y mineros 

Durante la última década del siglo XIX, se concretó la instalación de enormes estancias en el territorio ancestral de los Selk ́nam y los Haush. Las praderas fueguinas, que durante milenios dieron sustento al exitoso modelo de supervivencia de los nativos, comenzaron a ser ocupadas por multitudes de ovejas que compartieron pastizales con los guanacos, que eran la principal fuente nutritiva de los nómades pedestres. Junto a la introducción de los rebaños ovinos se implantó otro elemento exótico: el alambrado, que delimitó las también inéditas propiedades privadas.























Los guanacos no sólo eran el alimento de los nativos, también los abastecían de materias primas para sus vestidos, calzados y viviendas. Así pudieron alcanzar una población de entre dos mil y tres mil individuos, que vivía en armonía con la naturaleza y disponiendo de una gran oferta de recursos, que no exigía grandes esfuerzos ni el desarrollo de técnicas avanzadas para lograr su sustento. A pesar de no haber desarrollado industrias, los fueguinos poseían una riqueza cultural asombrosa. “Tenían todas las oportunidades, no eran de subsistencia, no necesitaban tanto tiempo que invertir en la subsistencia y tenían tiempo para las cosas que hacen bella la vida. (1)





















Su rito de iniciación, de paso a la adultez, el Hain, era una ceremonia que constituía una representación teatral de personajes místicos, con pinturas corporales y máscaras con motivos abstractos. Además, era un encuentro social que podía prolongarse durante varios meses, como reflejo de la abundancia de alimentos que disponían.






















Estas etnias que durante, al menos, diez mil años siguieron la ruta de los camélidos para proveerse; se encontraron, sorpresivamente, que su territorio libre se había dotado de propietarios; que en sus praderas y bosques ahora se habían erigido alambrados y que su traspaso implicaba la pena de muerte sumaria dictada por los forasteros; que si los “guanacos blancos”, que ahora pastaban en su terruño, eran cazados para alimentarse podían ser ellos los cazados por los “grupos de tareas” de los estancieros; que sus mujeres eran arrebatadas a sangre y fuego por mineros, personal de las estancias y hasta por uniformados; que la organización territorial que tenían se había desbaratado y debían migrar hacia zonas ocupadas por otras familias, provocando combates entre hermanos; que su otrora holgada subsistencia se hizo insostenible y debían mendigar para lograr raciones alimentarias; que para conseguir refugio debían someterse a los rituales de una religión extraña y cambiar sus hábitos culturales; en definitiva, para sobrevivir la única opción que les ofrecía la “civilización” era la de proletarizarse como peones y sirvientes de los invasores.


Este proceso, ejecutado durante décadas y siglos, fue similar en toda América. En Tierra del Fuego, insumió apenas de diez a quince años de violenta ocupación y despojo. La posibilidad de abastecer a la industria textil británica incorporó al mercado mundial a toda la Patagonia y los audaces ocupas se convirtieron rápidamente en hacendados. Los invasores estaban dispuestos a imponer contra viento y marea su posibilidad de enriquecimiento y a vencer cualquier obstáculo que se erigiera en el camino de su prosperidad.

En 1882, el diario londinense “Daily News” publicó un reportaje a un empresario interesado en las posibilidades de la zona:

Se piensa que la Tierra del Fuego sería adecuada para ganadería, pero el único problema en este plan es que, según parece, sería necesario exterminar a los fueguinos(2).

 En 1883, se concretó la primera concesión de tierras, 120.000 hectáreas beneficiaron a la compañía Wehrhann, en la Tierra del Fuego chilena.
En 1889, los agraciados fueron el portugués José Nogueira y su suegro el ruso Moritz Braun con 180.000 y 170.000 hectáreas, respectivamente.
Del lado argentino, la primera estancia fue Harberton, con 20.000 hectáreas sobre la ribera del Beagle, establecida en 1886 por el británico Tomas Bridges.
Luego, en 1894, el asturiano José Menéndez obtuvo 80.000 hectáreas y fundó las estancias Primera Argentina y Segunda Argentina, en el norte fueguino.






















Invasión y genocidio
Los Braun y los Menéndez fueron los abanderados de la invasión al territorio Selk ́nam, arribaron antes que el Estado e impusieron sus normas sin tomar en cuenta derechos ni garantías. Cuando llegó la autoridad fue funcional a sus intereses. La ocupación de inmensas praderas, grandes como países, a ambos lados de la frontera argentino-chilena, les permitió, una vez asociados, convertirse en una de las familias oligárquicas más poderosas e influyentes del cono sur americano. Sus dominios se extendieron por toda la Patagonia argentina-chilena, y su centro operativo pasó a estar en Buenos Aires- Punta Arenas. Sus actividades se multiplicaron y diversificaron sin límites, restricciones ni fronteras.


El avasallante avance ganadero sorprendió a los nativos, sus periplos nómades se vieron impedidos, sus primeras reacciones fueron individuales y espontáneas para proteger a sus mujeres y niños; pero la desproporción de elementos técnicos era abismal. Los arcos y flechas y su fortaleza para la lucha cuerpo a cuerpo, fueron sus recursos para enfrentar a hombres montados a caballo y provistos de rifles, pistolas y fusiles. Entonces, los cadáveres de hombres Selk ́nam comenzaron a esparcirse entre los pastizales, mientras las mujeres sobrevivientes eran prostituidas o forzadas a convivencias con hombres blancos, colocadas como personal doméstico semi-esclavo o concentradas en las misiones salesianas, mientras sus hijos eran arrancados de sus brazos para convertirlos en criados de las familias pudientes. Las enfermedades traídas por los europeos fueron el paso final del exterminio y, al cabo de unos pocos años, este pueblo vigoroso fue un recuerdo desdichado de la colonización de Tierra del Fuego. En los albores del siglo XX su presencia milenaria fue consumida por el “progreso” capitalista, la “piedad” religiosa y la “benefactora” labor del Estado.



Mancomunidad represiva.
Este desprecio por los nativos tuvo efectos prácticos y se manifestó sobre el terreno fueguino, los uniformados participaron activamente de las persecuciones y masacres junto a los paramilitares contratados por los estancieros. Desde la primera incursión, en 1886, encabezada por el coronel Ramón Lista, se derramó sangre nativa injustificadamente.

Los soldados de caballería que en número de veinticinco y como escolta acompañan a la expedición, mataron sesenta y cinco indios entre hombres, mujeres y criaturas, algunos de los cuales se disecaron bajo la dirección del (...) médico de los expedicionarios. Durante varios días se desangraron pieles, se peinaron cueros cabelludos, con el pelo adherido aún, y se hirvieron y limpiaron cráneos y esqueletos de los pobres onas”(3).

En la crónica de la Misión Salesiana, del 31 de mayo de 1897, se hace referencia a la presencia de gendarmes en las acciones emprendidas por estancieros y uniformados para llevar a cabo la “solución final” al “problema” de los nativos fueguinos.


Desde “el fin de 1897 a mediados de 1898, la región de Río Grande se transforma en un campo de batalla, a medida que se organiza la Estancia Primera Argentina, que sirve como centro de operaciones, desde donde parten expediciones punitivas contra los Onas”. 

A partir de la documentación evaluada, describió la presunta organización, que era “comandada por el administrador James C. Robins y el mayordomo o capataz Alejandro Mac Lennan. Los empleados subalternos y los policías alojados en distintas casas (...) de esa estancia, que se calcula puede llegar a 15 guardias policiales, con sus respectivos comisarios (...) Tampoco es ajeno a los hechos el propio Jefe de Policía R.L. Cortés y el secretario de la Gobernación Mariano Muñoz”(4). 

Uno de los operativos de represalia de esta “asociación ilícita” fue consumado cuando “cayeron de improviso sobre el campamento de los salvajes. No es posible describir la carnicería que hicieron porque es muy horrible e inhumana. Basta decir que muy pocos pudieron ponerse a salvo”. Luego de la masacre, los asesinos “se vanagloriaban de su vandalismo, como si hubieran tenido una batalla campal. Muchísimos fueron los muertos y los heridos y muchísimos más serán todavía, porque los estancieros determinaron hacer desaparecer la pobre raza de los onas”(5). 

Las matanzas se generalizaban sin que los propiciadores y los ejecutores sintieran alguna culpa por la sangre derramada. “Tal vez el primer cazador sea el tristemente célebre Sam Islop (administrador de la estancia Primera Argentina) al que el padre Maggiorino Borgatello califica de “monstruo”:

- Por qué matas a tantos pobres inocentes? ¿Las mujeres y los chicos qué mal hacen?”,  (...) Islop me respondió
- ¿Chicos? Ahora chicos. Luego grandes bestias como grandes. Son como leones cachorros, ahora buenos, después feroces. Hay que liquidarlos así se acaba la raza” (6).

Algunos religiosos se horrorizaban por los sangrientos episodios que presenciaban. “Ninguna fiera se ha comportado de tan manera cruel como lo han hecho los blancos contra los indios indefensos. Estos renglones deben ser una permanente protesta contra aquellos cazadores de hombres, que han aniquilado sin compasión al pueblo de Selk’nam”(7).

Todos los factores de poder: empresarios, funcionarios, policías y religiosos coadyudaron para la “solución final”. El “único reflejo humanitario del Estado y de las Iglesias presentes en la isla fue el de atraer y concentrar a las familias que, desesperadas, huían del ataque salvaje del capital asociado al estado policial. Mientras, unos pocos héroes calificados por la prensa y los expedientes judiciales como “guerrilleros” resistían en máxima desigualdad de condiciones, hasta las últimas consecuencias. Las epidemias hicieron el resto”(8). 

ESBOZOS DE RESISTENCIA.
En ese contexto de hostigamiento y desesperación, algunos nativos consumaron primitivas acciones de resistencia. Destruyeron alambrados, sustrajeron ovejas, mataron caballos. Entonces, los estancieros produjeron represalias cada vez más sangrientas de sus comandos civiles y uniformados. Algunos Selk ́nam hicieron intentos de conseguir armas de fuego y sus ataques produjeron muertos y heridos en el bando invasor. Pero, la fuerza colonizadora no estaba dispuesta a detenerse por algún “subversivo” aislado y su presión avasalladora aniquiló a los exasperados resistentes. El entonces jefe de policía fueguino, Ramón Cortés, escribió un informe al gobernador donde dio cuenta de estas acciones y de la postura oficial al respecto:


Estos mismos indios hace algunas semanas robaron en el establecimiento, un buen número de animales y destruyeron por mero gusto dos millas de alambrado. A fin de garantir los intereses de los pobladores de esta región, me veo en la necesidad de reiterar a V.S. la conveniencia que hay de recoger a estas tribus onas que tanto daño hacen y terror causan a los hacendados, máxime si se tiene en cuenta que cada día se hacen más bravas y salvajes...”(9).

 Frente a cada acción resistente, las represalias, a ambos lados de la frontera, fueron alcanzando mayor magnitud y crueldad. “Todos saben que la cabeza de un salvaje en Tierra del Fuego tiene precio, que es una libra esterlina (....) ¡Vergüenza e infamia de aquellos que pueden y no impiden tanta barbarie! La fama del cazador de indios, los hace más bárbaros que ellos. ¡Pero también la sociedad, de cuyo seno salen, es también la responsable de tanta sangre inocente!”(10).
Por que las onas se pintaban los cuerpos 3
Los intentos de resistir fueron reacciones viscerales frente a una descomunal invasión que avanzaba destruyendo todo vestigio del modo de vida vernáculo. Casi no tuvieron tiempo para elaborar tácticas o estrategias, generar caudillos o una organización, sólo acciones individuales o de pequeños grupos que atacaban y huían. Los intentos grupales estaban orientados a producir daños al enemigo. El administrador de una estancia de Menéndez denunció a la policía que “habían aparecido destrozadas varias cuadras de alambrado y faltaba del campo unas mil quinientas ovejas, presumiblemente robadas por la tribu de Cauchicol” (11).

Las acciones de resistencia más organizadas fueron “los incendios de la comisaría de Río Grande que se instala en una casa del dueño de la hacienda Primera Argentina y de un puesto del mismo señor, son los indicios de una nueva unión de distintos grupos, como en el caso de Capello, esto atemoriza al blanco”(12).

Hubo ataques para liberar a compañeros detenidos. Siete Selk ́nam que intentaban robar caballos, fueron sorprendidos por los peones armados de la “Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego”, que se dispusieron a entregarlos a la policía al otro día. La caravana se organizó con los nativos caminando y dos peones a caballo y “armados con rifle, revólver y cuchillo (...) A eso del mediodía estalla la sorpresa general en el puesto” al ver “acercarse a la querencia a los caballos de los guardias, sin jinete y con las riendas a la rastra” (...) Como a cinco millas encuentran los restos de los peones que habían sido atacados por nativos que liberaron a los apresados (13). Se trataba de acciones de pequeños grupos como un acto de desesperación extrema, pero nunca alcanzaron a organizar medidas de resistencia colectivas que plantearan alguna posibilidad de enfrentamiento exitoso.
SEKRIÖT, el vengador
El resistente que más trascendió fue SEKRIÖT, quien se destacó por el tiempo que pudo eludir la persecución, por las víctimas que se le adjudicaron y la fama conquistada. Un historiador de Tierra del Fuego tituló un capítulo de su libro: “Capelo, el ona guerrillero”. Pero, se desconoce si su accionar estuvo originado en alguna concepción de resistencia al invasor o sólo motivada por el desencanto que le produjo el contacto con los blancos.

Capelo fue el apodo que le dieron los forasteros, supuestamente, por el uso de un particular sombrero cónico Selk ́nam. Como muchos bandidos, que se hicieron populares por su enfrentamiento con las autoridades, la historia conocida de SEKRIÖTcomenzó con la indignación que le produjo la traición de un funcionario público. Su rebeldía fue la reacción espontánea ante la falta de consideración dispensada por los invasores particulares o estatales.

En el oriente fueguino, existió una dependencia oficial: la subprefectura de Buen Suceso, que existió hasta 1892, cuando fue trasladada a Bahía Tetis. Antes de la mudanza, se produjo el primer registro de la presencia de SEKRIÖT . En esa dependencia, se habían asentado varias decenas de nativos atraídos por las raciones que les suministraban los uniformados. A “fines de 1890 aparece Capelo entre los indios reducidos de Buen Suceso”(14). Hasta ese momento, había tenido un trato aparentemente cordial con las autoridades. Hasta tal punto que el subprefecto quiso repetir una experiencia exitosa que había tenido con un joven haush. Pero, “Capelo dudaba, pues tenía una mujer joven y temía perderla”. El “subprefecto prometió entonces cuidarla hasta su regreso...” Realizó ese viaje y regresó maravillado con la experiencia, comenzó a usar vestimenta occidental y a hablar bastante bien el castellano. “Pero al volver, algunos meses después, su mujer había desaparecido. Según le dijeron, como otros indios habían planeado raptarla, para que estuviera más segura la habían llevado a la Isla de los Estados. Debía regresar en el próximo viaje. Capelo (...) cuando comprobó que su mujer no estaba a bordo se alejó protestando. Por algún tiempo quedó en acecho por la vecindad. Esperaba la oportunidad de apoderarse de la mujer del subprefecto para guardarla como rehén hasta que le fuera devuelta la suya. La gente de la subprefectura sospechó el peligro y se mantuvo alerta. Un día un muchacho blanco salió a cazar pájaros con su escopeta. Capelo le lanzó una fecha por sorpresa y se apoderó del arma, de los pocos cartuchos que tenía y de su ropa. Hecho esto, Capelo y los suyos se alejaron por la costa en dirección noroeste, en donde se encontraron con un grupo de onas de las montañas, siempre dispuestos a empresas temerarias”(15).


SEKRIÖT ataca de nuevo
Los expedicionarios franceses Enrique Rousson y Polidoro Willems estuvieron a punto de perder la vida en un encuentro con el grupo de SEKRIÖT, en las inmediaciones del cabo San Pablo. Se salvaron por la reacción de un peón que comenzó a disparar y frustró el intento de los nativos. En marzo de 1894, SEKRIÖT aparece en las crónicas del salesiano José María Beauvoir, unos doscientos kilómetros al norte de la subprefectura, solicitando ayuda para cruzar el caudaloso río Grande.

Para entonces, “traía consigo un rifle descompuesto con algunas balas y un largo machete. Había pasado, decía él, algún tiempo en una compañía de soldados de la República Argentina. Vestía levita negra, chaleco y pantalón del mismo color, botas granaderas y un sombrero ovalado también negro”. “Más que un salvaje parecía un dandy de Buenos Aires”. En un tramo del diálogo con el cura, expresó el estado de ánimo de los nativos: “Nosotros, indios, contestó él, mucho miedo cristianos, porque mucho malo, siempre pum, pum, pum y siempre “wituchen” (morir)”(16).
Luego de residir unos días en la misión, se marcharon. Para esos días, el subprefecto de Bahía Tetis le adjudicó dos crímenes. El del marinero uruguayo Luciano Gallardo, desertor del barco “Villarino”, que “fue asesinado por móvil de robo, se supone, por el indígena de malos antecedentes llamado “Capelo” en los campos del cabo San Pablo y Río Grande. Supone, asimismo aquel funcionario que el referido indio, en compañía de varios otros, no es extraño a la muerte del marinero español N. Barón que pertenecía a la tripulación de la fragata inglesa “Duches of Albany”, naufragada a inmediaciones del cabo San Pablo el año pasado”(17).
Selknam people(Southern Chile) wearing their traditional costumes for their sacred ceremony "Hain"
En agosto del mismo año, se conoció otro incidente sangriento. “Jacobo Saint Martín y otros dos miembros de un grupo de mineros habían sido asesinados por “un indio llamado “Capelo” que ayudado de varios otros cosieron a puñaladas a Saint Martín y a los otros dos”. Luego, “los indios se alejaron unos 20 kilómetros hacia el noroeste y prepararon una emboscada a la policía que presumiblemente los iba a buscar”(18).

Esta denuncia desató la persecución policial de SEKRIÖT, que puso en alerta a todos sus efectivos para dar con el rebelde. Como el ataque no se produjo, SEKRIÖT y su gente se dirigieron hacia la Estancia Harberton, donde esperaban contar con cierta protección.

Se presentó... en mal español, diciendo que su nombre era Capelo”, y “que tenía el propósito de acampar a la orilla del bosque (...) No puse objeción... Noté un atado de ropa, un rifle, un revólver, escopeta, anteojos de larga vista y dos perros... de raza desconocida entre los onas... Deduje que habían saqueado algún campamento de blancos” (19).

 La información de la presencia de SEKRIÖT en Harberton llegó a la policía de Ushuaia. Según Bridges, quien lo delató fue un hombre que pasó por la estancia y se dirigió a Ushuaia a informar a la policía. Otra versión, indicó que fueron los Bridges los que lo hicieron (20).

Al enterarse de la novedad, el jefe policial Ramón Cortés despachó “un pelotón de gendarmes” que desembarcó “sigilosamente (...) rodeó el campamento ona y copó a los indios por sorpresa”(21).

La policía dio con él antes de que se diera cuenta”. Cortés “le ordenó que se rindiera. Pero, el indio que era excepcionalmente fuerte, saltó sobre el jefe para arrebatarle el revólver. Uno de los gendarmes viendo la escena disparó a quemarropa e hirió de muerte a Capelo”. Otro fue baleado y los demás fueron detenidos (22).

Otra versión, señaló que el “comisario Ramón Lucio Cortés fusilará sobre el terreno a varios hombres, incluido el cabecilla llamado SEKRIÖT o Capelo.

Las mujeres y niños serán conducidos a Ushuaia en calidad de prisioneros. Además del asesinato de los selk’nam, el gobernador de Tierra del Fuego Pedro Godoy se permitirá un gesto de “altruismo científico”, ordenando el descarne y disección de los restos humanos de SEKRIÖT y enviándolos como regalo al Museo de La Plata” (23).


SEKRIÖT regresa a su tierra
Sus restos ingresaron al Museo de La Plata en 1898. “Así comienza a formar parte de las colecciones del Museo, bajo el nombre de “Capello” (...) Fue utilizado como material de estudio” (24).

Resultado de imagen para seriot esqueletoEn 2010, la comunidad fueguina indígena reclamó la restitución de los restos humanos de SEKRIÖT.

 El 19 de abril de 2016 los cadáveres de SEKRIÖT y otros tres Selk ́nam no identificados, fueron restituidos a su tierra. Fueron alojados en la reserva de la comunidad aborigen fueguina, donde se construirá un mausoleo para homenajearlos.









Notas:
1. Entrevista al antropólogo Luis Alberto Borrero en el documental “Isla de Fuegos” (2011), de Rubén Plataneo y Bernardo Veksler.
2. Daniel Badenes. La Pulseada, 9/6/2016 (www.lapulseada.com.ar/).
3. Reseña del militar Pedro Godoy - futuro gobernador fueguino- sobre la expedición a Tierra del Fuego del teniente coronel Ramón Lista, en 1886; citado por Colectivo GUIAS en Fueguinos en el Museo de La Plata: 112 años de ignominia.
4. Nelly Iris Penazzo. Revista “Impactos” N° 88, de Punta Arenas, Chile, enero de 1997.
5. Roberto J. Payró. “La Australia Argentina”. Citado por Nelly Iris Penazzo en Revista “Impactos” N° 88, de Punta Arenas, Chile, enero de 1997. 6. Citado por Nelly Iris Penazzo. Revista “Impactos” N°88. Punta Arenas, enero de 1997.
7. Martín Gusinde. Hombres primitivos en la Tierra del Fuego.
8. Diana Lenton. Prólogo del libro Fueguinos en el Museo de La Plata: 112 años de ignominia.
9. Citado por Nelly Iris Penazzo. Revista “Impactos” N°88. Punta Arenas, enero de 1997.
10. Carta del salesiano Mayorino Borgatello a su superior en Turín, reverendo Don Rua, del 3/12/1897. Citada por Nelly Iris Penazzo. Revista “Impactos” N°88. Punta Arenas, enero de 1997. 11. Lucas Bridges. “El último confín de la Tierra”.
12. Juan Belza. “En la isla del fuego”.
13. Carta del salesiano Mayorino Borgatello a su superior en Turín, reverendo Don Rua, del 3/12/1897. Citada por Nelly Iris Penazzo. Revista “Impactos” N°88. Punta Arenas, enero de 1997. 14. Selk ́nam que emprendieron acciones de resistencia según fuentes civiles, anglicanas y salesianas, citado por Diana Lenton en el prólogo del libro Fueguinos en el Museo de La Plata: 112 años de ignominia.
15. Juan Belza. “En la isla del fuego”.
16. Juan Belza. “En la isla del fuego”.
17. Citado por Juan Belza. “En la isla del fuego”.
18. Juan Belza. “En la isla del fuego”.
19. Lucas Bridges. “El último confín de la Tierra”.
20. Lucas Bridges. “El último confín de la Tierra”.
21. Colectivo GUIAS en Fueguinos en el Museo de La Plata: 112 años de ignominia. 22. Joaquín Bascopé Julio. “Emergencia de una sociedad original”.
23. José L. Alonso Marchante en “Menéndez, el rey de la Patagonia”.
24. Colectivo GUIAS. Fueguinos en el Museo de La Plata: 112 años de ignominia.
Referencias Bibliográficas:
Osvaldo Bayer y otros autores. Historia de la crueldad argentina Ediciones El Tugurio. Buenos Aires (2010).
Colectivo GUIAS. Fueguinos en el Museo de La Plata: 112 años de ignominia”. Editorial De la Campana. La Plata (2011).
 José L. Alonso Marchante. Menéndez, el rey de la Patagonia Editorial Catalonia. Santiago de Chile (2014).
Roberto J. Payró. La Australia Argentina Editorial Claridad. Buenos Aires (2009).
Nelly Iris Penazzo. Wot ́n: Documentos del genocidio ona Ediciones Arlequín de San Telmo. Buenos Aires (1995).
Martín Gusinde. Hombres primitivos en la Tierra del Fuego Publicado por Escuela Estudio.Hispano-Amer, Sevilla, España (1951).
Juan Belza en En la isla del fuego. Publicación del Instituto de Investigaciones Históricas Tierra del Fuego (1975).
Lucas Bridges en El último confín de la Tierra Editorial Sudamericana. Buenos Aires (2000).
Hugo Chumbita. Jinetes rebeldes. Ediciones Colihue. Buenos Aires (2013).
Enrique S. Inda. El exterminio de los onas. Cefomar Editora. Buenos Aires (2008).
Joaquín Bascopé Julio. “Emergencia de una sociedad original en El último confín de la Tierra. Sentidos coloniales IV”. Disponible en http://journals.openedition.org/nuevomundo/64974. Documental “Isla de Fuegos” (2011), de Rubén Plataneo y Bernardo Veksler.
Daniel Badenes. La Pulseada, 9/6/2016 (www.lapulseada.com.ar/).
Osvaldo Bayer en Página 12, 16/5/2010.
Revista “Impactos” N° 88, de Punta Arenas, Chile, enero de 1997
Anne Chapman, Página 12, 25/2/2009. El Diario del Fin del Mundo, 20/04/2016.